Quienes participamos de la ceremonia en nuestra Catedral, con motivo de la despedida de Don Horacio, fuimos participes de un hecho muy singular, se produjo un reencuentro con el espiritu universitario, al terminar el servicio religioso y al irrumpir los presentes en un espontáneo, prolongado y sincero aplauso, nuestras miradas fueron buscando las demás y silentes algunos se estrecharon en un abrazo, en un sincero saludo en verse los ojos enrojecidos por la congoja y por la pérdida de tan noble ser humano.
Sin embargo, la muerte y la pena, era mezclada a ratos por la agradable sorpresa de ver a tantos que alguna vez estuvieron en la Universidad, como estudiantes, academicos, administrativos y auxiliares ........ y saber de sus vidas... eso logró Don Horacio Nuñez
Su muerte logró lo que parecía imposible tener un reencuentro, nuevamente gracias, muchas gracias Don Horacio.
1 comentario:
en el cementerio hubo violines, hermosa despedida....Al maestro con cariño
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